El IUPA, evaluador del Banco de Proyectos de la Universidad Nacional

El IUPA participó como evaluador de Proyectos de Desarrollo Tecnológico y Social (conocidos en el medio universitario como PDTS) en la encuentro de la Universidad Nacional de San Juan.

Durante tres jornadas de intenso trabajo, el IUPA, en la persona de la Dra. María Inés Arrizabalaga, que conduce la Secretaría de Investigación, Creación Artística y Posgrado, fue convocado a evaluar Proyectos de Desarrollo Tecnológico y Social (conocidos en el medio universitario como PDTS) por la Secretaría de Ciencia y Técnica [SeCyT] de la Universidad Nacional de San Juan [UNSJ].

Del 13 al 15 de marzo, en el histórico Edificio Central de la UNSJ en la capital sanjuanina, se sostuvieron largas horas de intercambios entre miembros de la Comisión Evaluadora citada para expedirse sobre la erogación de fondos públicos de su SeCyT durante el bienio 2018-2019. La Dra. Arrizabalaga fue nombrada, por extensión de funciones, para asistir en la recomendación y el otorgamiento de subsidios a proyectos de tres Facultades de la UNSJ: Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Ciencias Sociales y Filosofía, Humanidades y Artes.

La representación del IUPA en la escena universitaria nacional, algo que ya ocurriera en la convocatoria del bienio pasado, en 2016, reviste especial transcendencia de cara al camino que nuestra institución ha recorrido desde aquel tiempo a esta parte. En el foro que conforman las SeCyTs, punto de confluencia de políticas de investigación, por un lado, y ofertas de intereses, del lado de los agentes que hacen la vida académica día a día, es esencial que la especificidad artística muestre su resiliencia y la capacidad de convivir con hábitos y prácticas técnico-científicas.

Pensador de la posmodernidad hasta sus postrimerías, Jean-François Lyotard supo señalar que “la metodología de acceso a eso que no queda incorporado en la lógica de la ciencia positiva […] es la deriva”. Esto produjo el “giro ecológico” en el sentido de un cambio “solidario” a diferentes modos de conocer. Comenzó a operar entonces un tipo de pensamiento llamado flotante, que cuestionaba los “grandes relatos” de la ciencia, su falta de legitimidad al verse absorta en ciclos de valorización capitalista y, en definitiva, sus formas de obtención de plusvalía.

Así, la triple apuesta de la ciencia, que apuntaba:

  • que existe una realidad externa al ser humano racional,
  • que el ser humano puede percibirla y comprenderla,
  • que el ser humano está capacitado para describirla de manera objetiva,

comienza a transitar los embates del modelo posmoderno del conocimiento, el cual pone en entredicho la regulación unitaria del saber en el seno social.

Brais Arribas, especialista en Lyotard, ha advertido: “que deje de valer una razón histórica universal empuja […] la atención sobre las racionalidades locales, que ya no son grandes relatos, sino narraciones descentradas de validez limitada”. Esto incluye el reposicionamiento del arte, que “desarrolla pequeñas acciones locales que desestructuran el equilibrio del sistema” – al decir de Arribas –, y consiente el rol de la inconmensurabilidad entre relatos, valores, criterios de referencia y, en fin, estados de las cosas.

Se trata de nuevos regímenes con reglas propias y funcionamientos traducibles con respecto a formatos previos, o una clase de pensamiento que Gianni Vattimo, también filósofo y contemporáneo de Lyotard, ha caracterizado como débil, frente a las verdades unívocas y monolíticas heredadas del Positivismo.

Teresa Oñate, entendida en Hermenéutica y Estética, ha manifestado que “las obras de arte-cultura renuevan la experiencia interpretativa, participativa y retransmisiva, lo que erradica el cientificismo hegemónico […] y devuelve a las Humanidades la posibilidad de comprender la existencia desde su racionalidad propia”.

Que el IUPA se haya afianzado dentro del Banco de Proyectos de la Universidad Nacional, en este caso por los PDTS2018-2019, no sólo es prueba del reconocimiento de la situación de referencia de esta Casa en el ámbito de la investigación en artes. Es asimismo síntoma de un visible fortalecimiento

  • de la especificidad artística como objeto de estudio en el nivel superior,
  • de lógicas reflexivas y especulativas, listas para competir con aquellos “grandes relatos” de la ciencia,
  • de ocurrencias locales, “indisciplinadas” o post-disciplinares, armadas para arbitrar espacios de autovalidación.

Puertas adentro, esto comporta motivaciones suficientes para inaugurar nuestros Proyectos de Investigación 2018-2019 con la sana convicción de estar marchando por la vía correcta hacia un destino certero de prescindencia de “viejas” claves institucionales. Centrados en esa autonomía de creencias y valoraciones, esta Secretaría saluda a los docentes que vienen siendo parte activa del quehacer en investigación en el IUPA y anima a quienes acaban de empezar esa ruta, por una convicción que no tiene más que pasar a los hechos.