{"id":24972,"date":"2020-06-29T09:28:10","date_gmt":"2020-06-29T12:28:10","guid":{"rendered":"http:\/\/iupa.edu.ar\/sitio\/?p=24972"},"modified":"2020-06-29T09:28:11","modified_gmt":"2020-06-29T12:28:11","slug":"lorca-y-cohen","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/iupa.edu.ar\/sitio\/lorca-y-cohen\/","title":{"rendered":"Lorca y Cohen"},"content":{"rendered":"\n

Federico Garc\u00eda Lorca y Leonard Cohen resultan ser dos \u201chermosos ganadores\u201d si concebimos que la belleza transgrede los l\u00edmites de un poder nacido muerto, gris y fr\u00edo como el estacionamiento de un shopping, y restaura sensiblemente para las personas la experiencia de unos mundos moll b\u00e9, moll bonic. Hubo un tiempo en el que los artistas murieron de sobredosis, y hubo un tiempo anterior en el que a los artistas los mataron las dictaduras por sus obstinadas inclinaciones a las verdades que se oponen\u2026 que se paran frente a los viejos de traje que entregan placas de honor en auditorios de aplaudidores, y conservan en casa cad\u00e1veres en las alacenas de maderas henchidas por la sangre fresca. De su visita a Nueva York, Lorca sostuvo que los ingleses se dedicaron a construir con fuerza de acero \u201cuna civilizaci\u00f3n sin ra\u00edces. Han levantado casas y casas, pero no han ahondado en la tierra\u201d. Nos gustan quienes nos invitan a un baile de sal\u00f3n tras labrar el surco, porque en ese movimiento se aprende que la vida es m\u00e1s que un alto rascacielos de quinientos metros. De modo que take this waltz.<\/p>\n\n\n\n