«Ferrero Chico» x Ágata Rojas Larrea

Ágata Rojas Larrea escribe en sus tiempos libres para condensar en un texto la significación que inviste con nuestros sentidos humanos la experiencia… todos los comunicadores saben que comunicación es encuentro entre personas sobre la base siempre amenazada del reconocimiento recíproco… y que así vamos haciendo el mundo entre todes. Aquí Ágata ensaya una psicogeografía que traza el mapa de la ciudad desde los sentimientos alguna vez extrovertidos y enlazados a una calle por la humedad de una lágrima o el eco de una risa… la ciudad puede ser una memoria que dibuja la cartografía de los lugares que alguna vez habitamos… y si navegás algo de sus redes sociales, el nuevo territorio de lo digital, vas a encontrar una botánica de las emociones que expresa con acierto el modo en que ciertas personas pueden ser una flor. Hay un modo de recordar a algunas mujeres que se hace desde la altura de la cintura… cuando nuestros ojos las miraban desde abajo y las veían moverse y hacer sus cosas (que solían ser las nuestras y las de otres) de las habitaciones al patio e ida y vuelta llenando de vida los lugares. De entre esas mujeres, algunas de manos verdes, nos hicieron ver la epifanía de la vida en una maceta, nos educaron y forjaron el sentido de la importancia y potencia de la fragilidad, que con la dedicación adecuada, enraíza frente a los vientos intempestivos, y puede ser Dulce Punk Rock en el Alto Valle.