Cápsula de Tango. Capítulo 13.

Cápsula de tango, cápsula de tiempo ¿se puede atrapar y apretar enlatado en un par de minutos? Según un viejo principio porteño el tiempo sería del tango; porque como dice cada tanguere a quien responde con desinterés o de manera desdeñada sobre la música del Río de la Plata, acuñada hace unos ciento cuarenta años por negros, mestizos, inmigrantes, bandoleros, compadritos, criminales y mujeres de la vida, “El tango te espera”. Hay un momento en que los sentires nostálgicos del sur te provocan las ganas de cerrar el ventanal que arrastra el sol, cuando qué te importa que nos llamen los mareados, si el mundo yira y yira y siempre estamos volviendo con la creencia de que veinte años no son nada. Hay un momento en el que subides a una ilusión súper sport, viendo la luna rodar, doblamos las equinas diciendo a viva voz con el alma sublevada que sólo vive de pasiones: “tengo tanto tango para dar”. En las casas de mala fama del centro de Buenos Aires y en los barrios del arrabal, vagó el alma de un viejo dios del Olimpo, extraviado de una europa falleciente, para volver a vivir en el viento, las cuerdas y los fuelles. Siempre hay un tiempo para todo, si es que nos lo permitimos… salgamos a volar.