Carlos Polimeni es una persona de medios que se mueve entre la gráfica, la televisión y la radio. Es quizás en esta última donde su voz es una marca registrada ineludible al momento de pensar en figuras contemporáneas que sean un ícono del medio y su lenguaje. Aquí nos comparte una historia que construye fielmente la idea de que producir radio es tomar el mundo de las cosas que pasan en su infinito y decidir qué hacer para acompañar a los oyentes durante un rato. La producción es un ejercicio creativo colectivo que traza planes para contar una historia que interese, pero muchas veces los tercos hechos que se enredan con otros tiran una taza de café frío en las anotaciones que organizaban la correcta ejecución del relato y es preciso improvisar veloces y seguros, con un pulso alocado e indómito que deja salir lo que las cuerdas de una voz tienen que ocultar: se improvisa para sortear la pequeña tormenta desatada. Actuar entregados a las circunstancias provoca una áurea brillosa que tiñe el momento y deja ver que el encuentro de las personas en lo hecho es una comunión de la que todos participamos tomados en el alma desde el oído. La radio siempre está en nuestra soledad para hacernos saber que estamos acompañados… incluso en el día más triste en que abandonaste una casa y la vida en ella.

Se habrán imaginado los locos?
El 27 de agosto de 1920 un grupo de personas llamado Los locos de la azotea, realizaron desde la terraza del Teatro Coliseo, la primera transmisión radial en Argentina y latinoamérica. Se habrán
imaginado los locos todo lo que pasó
después? Aquí algunas de esas anécdotas mágicas ocurridas en este medio.
Episodio 2. Eso que ustedes pusieron en marcha tiene vida para rato. Ricardo Haye.
Ricardo Haye es una persona de radio parada en la bisagra de un medio y un lenguaje que tras haber cumplido cien años desde la primera transmisión realizada en América Latina, hoy se reinventa en la posibilidades de las nuevas plataformas que ofrece Internet. Dedicado a formar jóvenes con ansias de ser profesionales, conoce la historia y las condiciones de producción para que la comunicación del sonido telemático ocurra. El medio transmuta por el desarrollo de las innovaciones tecnológicas y las prácticas sociales habituales de una audiencia que frente a la flexibilización de la programación, aferrada al hierro en un grilla de grilletes en el pasado, se dispone a la demanda en línea de las ganas, las ansias y las disponibilidades de una escucha oportuna al tiempo de un cuerpo y un alma que busca la compañía a su propio tiempo. Los locos lindos no se imaginan el porvenir cuando se dedican a la creación de los sonidos interestelares porque están tomados por el juego del instante, pero los que vienen después, con algo de tiempo para ver el impacto de las cosas, pueden poner en perspectiva, cultivar con método, y jugar con plan en un tablero dibujado para hacer firuletes mágicos.
Episodio 1. Subidos a las terrazas con antenas, transmisores y una esperanza sin fin. Mario Bravo
Mario Bravo es un rionegrino por residencia vital que le dio a esta tierra norpatagónica, y obtuvo de ella, cuarenta años de devenir. En una provincia joven como ésta, concebida en la maquinación infértil de su pertenencia a un desierto que se debía conquistar, la modernidad siempre es algo tardía… y probablemente nunca llegue a experimentarse del todo. Pero como este territorio es en realidad una estepa, contiene muchas cosas más de las que se pueden advertir a golpe de vista cuando, de manera fatal, se acepta el esquema propuesto por alguna mentalidad inerte… y sólo algunas personas son capaces de imaginar, contra todo pronóstico, la realización de los intentos jamás creídos; almas que revuelan el aire como mariposas en una mañana de sol, con todo el día por delante, edificando las naves con las que atravesar el tiempo con las velas en alto. Mario encarna el espíritu de los viejos muchachos modernos que subidos a las terrazas con antenas, transmisores y una esperanza sin fin, se montan en el espectro radioeléctrico para lanzar las ondas en frecuencias moduladas que encuentren a les otres y acompañen la jornada mientras se toma el mate, se arregla el auto, se barre el jardín, se lee un libro y se hace el amor.