En clave Paradiddle, arrancó el 13º FIPercusión

Mendoza, Alonso, CruzAnoche cené con los mejores artistas de Latinoamérica. En la mesa me acompañaba Cortázar, Martí, Frida, la negra Sosa, Gabo. Fueron cayendo de a uno los Buena Vista, Tito Puente, y no sé cuántos más. Chabuca y Chavela se sentaron juntas charlando sin parar. Por allá llegaron los Inti Illimani canturreando una anónima con Totó. Y seguía cayendo gente al baile. Charlé con cada uno y con ninguno. Nos miramos a los ojos con cada uno y con ninguno. Brindé con cada una y con ninguna. A lo último, cuando ya todos estábamos algo alegres, apareció Astor silbando bajito, se sentó, abrió el bolso, sacó el bandoneón y a todos se nos piantó un lagrimón.
Eso sentí ayer, durante el concierto «popurrí», apertura del 13º Festival Internacional de Percusión de FCP y me arriesgo a decir, rememorando los sonidos de los colombianos Tamborimba, que cuando la raíz y la tierra, se fusionan con lo académico, todo florece y acompasa ese ritmo tan latinoamericano, tan nuestro al fin.
Y de repente los sucede Javier Nandayapa acompañado por Miguel Cruz, y evocan los paisajes más coloridos de la América toda, atuendos musicales de gestas épicas y populares. Zapata, El che, San Martín, Bolivar, «Nicaragua tan violentamente dulce».
Miguel Cruz se queda solo. ¿Sólo? Su polifonía es la respuesta. Bruto. Giovanni Hidalgo está tranquilo. Su legado de palma y parche está a salvo. El disfrute de ello está a salvo. No le pega, establece un diálogo con las congas.
Miguel Cruz sigue en escenario. Sube el pianista Alonso Blanco, también mexicano, y tras él ingresa aclamado Victor Mendoza, siempre alegre, con un chiste en la punta de la lengua, embrujando al espectador, como acostumbra. Tras dedicación a Tilo Rajneri, versionó bésame mucho, con un ritmo sanguíneo y voraz. Sus laderos, implacables. Y para probar que este humilde redactor no estaba equivocado, Victor salió al hueso seguidamente con una obra de Tito Puente, y quién mejor que Cruz para hacerle la segunda, como Giovanni a Tito.DSC_0332 copia
Para cerrar, ingresa el Ensamble de Percusión de Fundación, los docentes de IUPA Frette, Poblete, Parada, Molina y Navarrete juegan de locales hasta en el repertorio y se despachan con una suite de tango de Piazzolla, con arreglos del maestro Humberto Taglialegna. Se me piantó un lagrimón, como si estuviera viéndolo con la ñata contra el vidrio, con la frente marchita, pero loco, loco.

Juan Galo Santamarina