La música como trabajo integrado de roles

“La música es cultura, es memoria, es identidad. Pero también es industria. Y hoy la industria necesita de todas sus partes moviéndose coordinadamente”.

La frase pertenece a Nahuel Carfi, músico, compositor y gestor cultural. Hoy está al frente de la Feria Internacional de Música de Buenos Aires, un espacio donde no sólo se reivindica el negocio de la música, sino los distintos roles de una industria que, según él, mueve 500 mil personas (directa e indirectamente) en la Argentina.

Invitado por IUPA, Carfi formó parte del Primer Conversatorio de Industria Musical, una propuesta gestada por dos cátedras de la carrera de Música Popular (a cargo de Nadia Vidal y Daniela Sánchez Kremer), y el acompañamiento de Sinergias, Laboratorio de Gestión Cultural.

La propuesta convocó a decenas de estudiantes de Música, docentes y algunos artistas externos, que además de la charla, incluyó un laboratorio de streaming y un pic nic musical de cierre.

“Sin dudas, el área más golpeada por la pandemia fue la música en vivo y los trabajadores”, señala Carfi en una entrevista con IUPA. Para el músico, el confinamiento permitió ver la importancia de lo vivo, y todo lo que ello moviliza. Vemos ahora una recuperación, y verificamos el lugar que ocupa la logística, las redes, la prensa alrededor de lo vivo. Todo ello nos permite entender la cadena de valor”.

En este sentido, el gestor utiliza una imagen (un pulpo) para graficar cómo la industria necesita y debe moverse de modo coordinado, con todas sus “patas”.

“En la música encontramos también el derecho de autor, y diversas estructuras: lo fonográfico o grabación, la música en vivo; la producción audiovisual y gestión de contenidos, la formación”.

Carfi propone, a los trabajadores, a pensar en la sustentabilidad como bien de valor, como economía creativa. “Hay que formarse en la economía de la música, esto eso, fomentar la formación de distintos roles en la música: formar managers, formar gestores culturales, entender el negocio de la música”.

Así, repasa las distintas herramientas que un artista o trabajador de esta disciplina puede aprovechar. Lo primero son las becas y capacitaciones. “En Buenos Aires tenemos un programa de mecenazgo, basado en una ley. Lo interesante es que se pueden presentar proyectos de todo el país, siempre y cuando su concreción luego se haga en la Ciudad”, refiere.

Además, hay programas como BA Música, para los músicos independientes.

En la misma línea, se inscribe entonces el BAFIM, la Feria Internacional de Música de Buenos Aires, que será del 16 al 18 de noviembre. “Es una feria y un mercado internacional, de vinculación entre actores del mismo sector”, añade.

Tendrá una agenda de diversidad y género que se cumplirá en todos los aspectos (organización, participación y temáticas).

Habrá allí, además, un campus, con el fin de brindar capacitación. “La formación y educación son fundamentales y necesarias, y deben ser cubiertas por sectores públicos y privados. La deuda es la formación en los distintos roles de la industria, de negocio, de gestión, de funciones técnicas, y que estén integrados con la realidad”, observa. El IUPA enviará una representación a la feria.