«Soñar, soñar»

Soñar soñar se estrenó en julio de 1976. El 24 de marzo de ese año Leonardo Favio rodó en el Parque Japonés de Buenos Aires un largo travelling. Adriana Schettini le preguntó al respecto: “-¿Ese 24 de marzo seguiste con la filmación? –Sí, no podía dejar de filmar -¿Ante un gran dolor personal pararías cualquier filmación? –Pararía mi vida un largo rato. A mí me gusta gozar mis dolores. Creo que a pesar de que ahora las cosas pasan vertiginosamente, hay que darles su espacio y su tiempo. Por eso eran más lindos los velorios de antes, porque la muerte era algo trascendente, se le daba todo un marco ¿Cómo no iba a ser importante si la muerte es un salto al misterio? Pero cada vez fue perdiendo más importancia, y ahora ya casi es nada. Antes era más lindo morirse porque pasabas a ser alguien. Por lo menos para los seres anónimos era así, porque pasaban a ser, por un rato, objeto de devoción y de llanto.” Así como Jauretche inventó la microfísica del poder antes que Foucault, Favio habló de los viejos cordeleros que no saben morir antes que Chul Han en el “Aroma del tiempo”. Que lindo este país de metafísicos y pragmáticos en el que la vida es un sueño… y varias pesadillas.

cloud_download