Cápsula de Tango

Más que descender al principio del principio, nuestra cápsula de tango va encontrando vetas preciosas de la cultura musical rioplatense,en letras, acordes y voces diseminadas en el espacio como astros, como presencias fugaces en la memoria, como realidades rotundas en el mundo. Libres de escucharla, cuestionarla, quererla o dejarla.

+ PLATAFORMAS

Cápsula de Tango. Capítulo 14.

Cápsula de tango, cápsula de tiempo ¿se puede atrapar y apretar enlatado en un par de minutos? Según un viejo principio porteño el tiempo sería del tango; porque como dice cada tanguere a quien responde con desinterés o de manera desdeñada sobre la música del Río de la Plata, acuñada hace unos ciento cuarenta años por negros, mestizos, inmigrantes, bandoleros, compadritos, criminales y mujeres de la vida, “El tango te espera”. Hay un momento en que los sentires nostálgicos del sur te provocan las ganas de cerrar el ventanal que arrastra el sol, cuando qué te importa que nos llamen los mareados, si el mundo yira y yira y siempre estamos volviendo con la creencia de que veinte años no son nada. Hay un momento en el que subides a una ilusión súper sport, viendo la luna rodar, doblamos las equinas diciendo a viva voz con el alma sublevada que sólo vive de pasiones: “tengo tanto tango para dar”. En las casas de mala fama del centro de Buenos Aires y en los barrios del arrabal, vagó el alma de un viejo dios del Olimpo, extraviado de una europa falleciente, para volver a vivir en el viento, las cuerdas y los fuelles. Siempre hay un tiempo para todo, si es que nos lo permitimos… salgamos a volar.

Cápsula de Tango. Capítulo 13.

Cápsula de tango, cápsula de tiempo ¿se puede atrapar y apretar enlatado en un par de minutos? Según un viejo principio porteño el tiempo sería del tango; porque como dice cada tanguere a quien responde con desinterés o de manera desdeñada sobre la música del Río de la Plata, acuñada hace unos ciento cuarenta años por negros, mestizos, inmigrantes, bandoleros, compadritos, criminales y mujeres de la vida, “El tango te espera”. Hay un momento en que los sentires nostálgicos del sur te provocan las ganas de cerrar el ventanal que arrastra el sol, cuando qué te importa que nos llamen los mareados, si el mundo yira y yira y siempre estamos volviendo con la creencia de que veinte años no son nada. Hay un momento en el que subides a una ilusión súper sport, viendo la luna rodar, doblamos las equinas diciendo a viva voz con el alma sublevada que sólo vive de pasiones: “tengo tanto tango para dar”. En las casas de mala fama del centro de Buenos Aires y en los barrios del arrabal, vagó el alma de un viejo dios del Olimpo, extraviado de una europa falleciente, para volver a vivir en el viento, las cuerdas y los fuelles. Siempre hay un tiempo para todo, si es que nos lo permitimos… salgamos a volar.

Cápsula de Tango. Capítulo 12.

Cápsula de tango, cápsula de tiempo ¿se puede atrapar y apretar enlatado en un par de minutos? Según un viejo principio porteño el tiempo sería del tango; porque como dice cada tanguere a quien responde con desinterés o de manera desdeñada sobre la música del Río de la Plata, acuñada hace unos ciento cuarenta años por negros, mestizos, inmigrantes, bandoleros, compadritos, criminales y mujeres de la vida, “El tango te espera”. Hay un momento en que los sentires nostálgicos del sur te provocan las ganas de cerrar el ventanal que arrastra el sol, cuando qué te importa que nos llamen los mareados, si el mundo yira y yira y siempre estamos volviendo con la creencia de que veinte años no son nada. Hay un momento en el que subides a una ilusión súper sport, viendo la luna rodar, doblamos las equinas diciendo a viva voz con el alma sublevada que sólo vive de pasiones: “tengo tanto tango para dar”. En las casas de mala fama del centro de Buenos Aires y en los barrios del arrabal, vagó el alma de un viejo dios del Olimpo, extraviado de una europa falleciente, para volver a vivir en el viento, las cuerdas y los fuelles. Siempre hay un tiempo para todo, si es que nos lo permitimos… salgamos a volar.

Cápsula de Tango. Capítulo 11.

Cápsula de tango, cápsula de tiempo ¿se puede atrapar y apretar enlatado en un par de minutos? Según un viejo principio porteño el tiempo sería del tango; porque como dice cada tanguere a quien responde con desinterés o de manera desdeñada sobre la música del Río de la Plata, acuñada hace unos ciento cuarenta años por negros, mestizos, inmigrantes, bandoleros, compadritos, criminales y mujeres de la vida, “El tango te espera”. Hay un momento en que los sentires nostálgicos del sur te provocan las ganas de cerrar el ventanal que arrastra el sol, cuando qué te importa que nos llamen los mareados, si el mundo yira y yira y siempre estamos volviendo con la creencia de que veinte años no son nada. Hay un momento en el que subides a una ilusión súper sport, viendo la luna rodar, doblamos las equinas diciendo a viva voz con el alma sublevada que sólo vive de pasiones: “tengo tanto tango para dar”. En las casas de mala fama del centro de Buenos Aires y en los barrios del arrabal, vagó el alma de un viejo dios del Olimpo, extraviado de una europa falleciente, para volver a vivir en el viento, las cuerdas y los fuelles. Siempre hay un tiempo para todo, si es que nos lo permitimos… salgamos a volar.

Cápsula de Tango. Capítulo 10.

Cápsula de tango, cápsula de tiempo ¿se puede atrapar y apretar enlatado en un par de minutos? Según un viejo principio porteño el tiempo sería del tango; porque como dice cada tanguere a quien responde con desinterés o de manera desdeñada sobre la música del Río de la Plata, acuñada hace unos ciento cuarenta años por negros, mestizos, inmigrantes, bandoleros, compadritos, criminales y mujeres de la vida, “El tango te espera”. Hay un momento en que los sentires nostálgicos del sur te provocan las ganas de cerrar el ventanal que arrastra el sol, cuando qué te importa que nos llamen los mareados, si el mundo yira y yira y siempre estamos volviendo con la creencia de que veinte años no son nada. Hay un momento en el que subides a una ilusión súper sport, viendo la luna rodar, doblamos las equinas diciendo a viva voz con el alma sublevada que sólo vive de pasiones: “tengo tanto tango para dar”. En las casas de mala fama del centro de Buenos Aires y en los barrios del arrabal, vagó el alma de un viejo dios del Olimpo, extraviado de una europa falleciente, para volver a vivir en el viento, las cuerdas y los fuelles. Siempre hay un tiempo para todo, si es que nos lo permitimos… salgamos a volar.

Cápsula de Tango. Capítulo 9.

Cápsula de tango, cápsula de tiempo ¿se puede atrapar y apretar enlatado en un par de minutos? Según un viejo principio porteño el tiempo sería del tango; porque como dice cada tanguere a quien responde con desinterés o de manera desdeñada sobre la música del Río de la Plata, acuñada hace unos ciento cuarenta años por negros, mestizos, inmigrantes, bandoleros, compadritos, criminales y mujeres de la vida, “El tango te espera”. Hay un momento en que los sentires nostálgicos del sur te provocan las ganas de cerrar el ventanal que arrastra el sol, cuando qué te importa que nos llamen los mareados, si el mundo yira y yira y siempre estamos volviendo con la creencia de que veinte años no son nada. Hay un momento en el que subides a una ilusión súper sport, viendo la luna rodar, doblamos las equinas diciendo a viva voz con el alma sublevada que sólo vive de pasiones: “tengo tanto tango para dar”. En las casas de mala fama del centro de Buenos Aires y en los barrios del arrabal, vagó el alma de un viejo dios del Olimpo, extraviado de una europa falleciente, para volver a vivir en el viento, las cuerdas y los fuelles. Siempre hay un tiempo para todo, si es que nos lo permitimos… salgamos a volar.

Cápsula de Tango. Capítulo 8.

Cápsula de tango, cápsula de tiempo ¿se puede atrapar y apretar enlatado en un par de minutos? Según un viejo principio porteño el tiempo sería del tango; porque como dice cada tanguere a quien responde con desinterés o de manera desdeñada sobre la música del Río de la Plata, acuñada hace unos ciento cuarenta años por negros, mestizos, inmigrantes, bandoleros, compadritos, criminales y mujeres de la vida, “El tango te espera”. Hay un momento en que los sentires nostálgicos del sur te provocan las ganas de cerrar el ventanal que arrastra el sol, cuando qué te importa que nos llamen los mareados, si el mundo yira y yira y siempre estamos volviendo con la creencia de que veinte años no son nada. Hay un momento en el que subides a una ilusión súper sport, viendo la luna rodar, doblamos las equinas diciendo a viva voz con el alma sublevada que sólo vive de pasiones: “tengo tanto tango para dar”. En las casas de mala fama del centro de Buenos Aires y en los barrios del arrabal, vagó el alma de un viejo dios del Olimpo, extraviado de una europa falleciente, para volver a vivir en el viento, las cuerdas y los fuelles. Siempre hay un tiempo para todo, si es que nos lo permitimos… salgamos a volar.

Cápsula de Tango. Capítulo 7. Alberto Mastra

Alberto Mastra es un compositor y trovador de tangos, milongas, candombes y boleros nacido en el Uruguay, de alma bohemia que sentía al día partirse en dos cuando el sol salía porque la noche gobernada su tiempo. Zurdo que dio vuelta la guitarra y bordoneaba desde abajo, supo aprender en la Academia de los Recreos de Parque Rodó. Compuso grandes obras interpretadas por las orquestas más conocidas y los cantores más afamados a este lado del Río de La Plata, y dijo un poco de sí mismo y de los de su estirpe: “Es un bohemio, es un poeta, es un tanguero / que sufre la miseria de los otros / es un pájaro de luz y de lirismo / es un hombre que sin ser nosotros mismos / hasta lleva la cara de los otros.” En esta cápsula de tango Darío Di Meglio te presenta “Bon jour mamá”.

Cápsula de Tango. Capítulo 6. Pirincho Pancho Canaro

Pirincho Pancho Canaro debe sus apodos a la partera y el nombre. Se dice de él que cuando nació, la mujer que asistió a su madre, soltó un “parece un pirincho” al verle el pelo en cresta. Se dice que Francisco, oriundo del Uruguay, se mudó a Buenos Aires con su familia a sus tempranos cinco años para vivir en conventillos plagados de pobrerío material y llenos de riqueza popular. Se dice que desde chico patió la lleca y laburó para manyar y se dice que fabricó su primer violín con las latas de aceite de la fábrica en la que trabajó de joven. Se dice que le sacó morlaco y guita al instrumento hasta comprar uno de madera y se dice que gracias a Vicente Greco entró de frente al mundo del tango y la guardia vieja. Se dice que fundó una orquesta y la rompió en París, y se dice que al volver batalló fuerte por los derechos de autor hasta fundar SADAIC. Se dice que se nacionalizó argentino porque los barrios porteños le rozaron el corazón y se dice que un día de diciembre a las 15 horas, sin motivo aparente más que el reclame de un olimpo de los heréticos dioses consagrados en el más allá, que andaban necesitando uno más para tocarse una, la vibrante alma de este apasionado cortó el hilo de plata para sonar entre las nubes.

Cápsula de Tango. Capítulo 5. Piazzolla. Parte 4.

Para Piazzolla el nuevo tango, el tango moderno, era una música para escuchar sin que las imposiciones de la danza o el sentido literal de una letra, fueran pauta de origen ni dictado de una razón ineludible… pero cuando la puerta de un departamento dejó aparecer desde el oscuro pasillo a Horacio Ferrer, el maridaje extrañado se volvió inevitable y la poesía junto a la música revelaron un instante de verdad en el que aquel sentir de Buenos Aires abrazó-abraza-abrazará a todes en una comunión de lágrimas y risas conjuradas desde el Sur subidos a una ilusión super sport.

Cápsula de Tango. Capítulo 5. Piazzolla. Parte 3.

Para hacerte una visagra entre la mañana del primer día de fin de semana, el almuerzo y la tarde. Una entrega más en la que aproximarse a la vida y obra de Ástor Piazzolla, el músico que expandió los límites de este folclore de aquí para que el mundo entero se rinda a los pies de una belleza melódica que eleva en cada motivo.

Cápsula de Tango. Capítulo 5. Piazzolla. Parte 2.

Una entrega más en la que aproximarse a la vida y obra de Ástor Piazzolla, el músico que expandió los límites de este folklore de aquí para que el mundo entero se rinda a los pies de una belleza melódica que eleva en cada motivo.

Cápsula de Tango. Capítulo 5. Piazzolla. Parte 1.

Piazzolla nace en el tango por el arraigo que esta música tenía en el corazón de Nonino. Hay en él un doble desarraigo que se sostiene y se cura por la voz del Zorzal sonando en un departamento de Nueva York cada noche. En aquella ciudad se produce el encuentro que le anuncia a un joven adolescente que el tango lo espera y resguarda un lugar para él en su historia. Gardel toma de la mano a un pequeño Ástor y lo conduce hacia el ojo de la cámara para que la historia registre que su genio está marcado por el signo de Buenos Aires. Ciudad a la que volver cada vez para hacer la vida y elevar la expresión local hacia la cultura universal.

cloud_download

Cápsula de Tango. Capítulo 4. Rubén “El Negro” Juárez

Rubén “El Negro” Juárez es uno de los rockeros del tango. Capaz de conjugar con habilidad la ejecución del bandoneón con el canto, compuso e interpretó canciones inmortales del repertorio popular rioplatense. Apadrinado por Aníbal “Pichuco” Troilo, se inició en la profesión de músico con los mejores… a quienes dejaba pasmados cuando le oían darle al fuelle mientras entonaba unos versos. Más de una vez, incrédulos, envidiosos y desconfiados, le decían. “¿cómo hacés pibe… cómo hacés?”. Cuando se presentó en la primera edición del ciclo Encuentro en el Estudio, conducido por Lalo Mir, interpretó “Desencuentro” (de Troilo y Castillo) y se lo pudo ver allí instalado en el centro de la escena con una aura que irradia al espíritu del tango saliendo en vuelo desde sus dedos, voz y ojos… su mirada instalada en la visión del “Flaco” a quien le habla para decirle: “por eso en tu total fracaso de vivir ni el tiro del final te va a salir”… porque el tango siempre le cantó, como una cartografía de las almas en pena, a quienes perdidos por allí no saben que trole hay que tomar para seguir y creen que se resuelve cruzando el mar.

cloud_download

Cápsula de Tango. Capítulo 3. Juan Campodónico.

Juan Campodónico no precisa quien le escriba… puede definirse… de modo que citaremos su bio… pero antes lo siguiente: cuando ingresás en www.juancampodonico.com (quizás el mejor sitio de internet jamás diseñado que exprese en su totalidad el concepto que sintetiza sobre lo que se versa) podés escuchar una sesión de una hora, siete minutos, cuarenta y siete segundos, que inicia con una locución de Alfredo Zitarrosa afirmando lo siguiente: “La milonga es hija del candombe así como el tango es hijo de la milonga”. De modo que “influenciado por el candombe (de origen afro uruguayo) el tango y la milonga, músicas que representan la gran mezcla de culturas que se dio en la región, Juan integra de manera única esos sonidos y ha definido nuevas formas que rescatan gestos e integran estas tradiciones musicales muchas veces no valoradas y afectadas por la visión colonialista y estandarizada que existe de la cultura latina. Estas ideas se han hecho explícitas – de formas muy distintas- en Bajofondo y Campo.”

cloud_download

Cápsula de Tango. Capítulo 2. Eladia Blázquez.

Eladia Blázquez es la vida desatada con la fuerza de mil tormentas. Capaz del silencio que la preanuncia y portadora de la energía para deshacerlo todo y volverlo a edificar, compuso 209 temas y canciones fundamentales del cancionero popular argentino. Se dedicó a varios géneros hasta que logró cortar el telón del machismo tanguero y se erigió como una pieza fundamental del nuevo tango argentino con puentes hacia el pasado. Escribió la letra de “Adios Nonino” y es de suponer que el encuentro con su compositor produjo una de las escenas más intensas en la que dos conocedores de la profundidad insondable del vivir, bajaron con sus almas a la fuente de un amor verdadero y fundante para elevarlo a oídos de todos. Eladia soltó mensajes telepáticos desde la frontera de nuestra sociedad para decirnos algo que tenemos que aprender, algo de lo que nos tenemos que convencer: Y ser, al menos una vez, nosotros / sin ese tinte de un color de otros / Recuperar la identidad / plantarnos en los pies / crecer hasta lograr la madurez / Y ser, al menos una vez, nosotros / tan nosotros, bien nosotros, como debe ser… / Convencernos un día de veras / que todo lo bueno no viene de afuera / Que tenemos estilo y un modo / que hace falta jugarlo con todo.

cloud_download

Cápsula de Tango. Capítulo 1. Piazzolla x Yo-Yo Ma

El tango es una música de aquí hecha con cosas de allí y es sobre los hilos extensos que llevan y traen lo que las trayectorias de unas vidas pueden juntar, que la dispersión fructifica en un acontecer que irrumpe y se vuelve ineludible. Astor Piazzolla tuvo muy pequeño la epifanía de la música y con ello a un “qué dedicarse”. Se consagró a la impresión de tal manera que le dio un sentido y con su formación y genio logró crear el nuevo tango y producir un “universal” bien de acá… y con ello inventó una porción del mundo. Su invención alcanzó la inquietud de un chelista nipón nacionalizado estadounidense que en los ´90 grabó con músicos de Astor el album “Yo-Yo Ma The soul of tango”. La genialidad es fecunda, los cruces insospechados y sus alcances trascienden fronteras hoy más que antes: si en un buscador de internet diferente a Google, tal como Brave, por ejemplo, se escribe el nombre de aquel disco, aparece como resultado un sitio con el dominio my.mail.ru, portal ruso de contenidos audiovisuales que para un occidental asustado de los orientales podría figurarse a golpe de vista como un sitio de hackers y troyanos. De cualquier manera dale play.

cloud_download