Cecilia Lizarraga, una vida dedicada a la Danza

Agradecida y feliz son las palabras que repite Cecilia Lizarraga, profesora, artista de la danza quien este año transita la última etapa en IUPA, tras haber iniciado los trámites de jubilación.

Profesora de Danza Clásica recibida en Bahía Blanca, su ciudad natal, por sus clases han pasado decenas de estudiantes de nuestra casa.

En sus últimos años estuvo abocada a las materias Práctica Escénica, Repertorio y Estilos y acompañó al alumnado del profesorado en su producción final. Tuvo a cargo, además, la coordinación de Danza Clásica dentro del Departamento de Artes del Movimiento.

“Fueron 17 años intensos, de aprendizaje, muchos cambios, alegrías, lágrimas, satisfacciones, recorrer pasillos, aulas, escenarios siempre tan convencida de sentir que no me equivoqué cuando decidí bailar y ser docente”, expresa la profesora.

Cecilia tiene muchos recuerdos en su trayectoria artística: desde sus comienzos en Bahía, su desempeño en el Ballet del Sur, su llegada a Roca en 2006.

Fueron momentos de “muchos sacrificios, pero no los viví como tales porque fui siempre detrás de lo que sentía y sabía que así iba a ser, conté con el apoyo incondicional de mi familia, amigos. Mi hijo, fiel compañero, que se bancó compartirme con mi profesión”, refiere la docente. Lizarraga formó parte del Ballet del Sur durante 27 años, donde también ejerció la docencia.

En General Roca, además de su tarea en IUPA, realizó suplencias y acompañó la dirección del Ballet de FCP, a cargo de Gaik Kajdberounian.

Su arribo al Valle vino acompañado de un “volver a empezar”, dice Cecilia, pero que no fue difícil. “Me sentí cómoda en poco tiempo, y trabajar casi inmediatamente me ayudó a querer quedarme”.

Hoy hace un repaso por toda su experiencia y rememora espacios y personas. “Haber compartido tanto… clases, ensayos, descansos, charlas, proyectos, que ahora se convirtieron en parte de mi paso por el IUPA, de mi historia personal y profesional.

En todo momento, sobre todo en los más difíciles, la Danza desde el escenario o desde el aula me dio las fuerzas paras seguir adelante y con más ganas”, aduce.

Lizarraga y estudiantes de Danza Clásica

Su intención, en este momento, es acompañar la transición de sus materias en Artes del Movimiento. Se siente “feliz y muy satisfecha de haber recorrido un largo camino sobre el escenario o dentro del aula, compartiéndolo con grandísimos bailarines y aprendiendo de grandes maestros y coreógrafos. Orgullosa de todo lo que conseguí, producto del esfuerzo: cuando vine a Roca no me conocía nadie y me sorprendo donde estoy ahora”.

Cecilia deja un mensaje, además, para los futuros artistas y profesionales de la danza. “Si están convencidos de que eligieron esta carrera por vocación, que le dediquen el tiempo y el esfuerzo diario y necesario para llegar a la meta que se propusieron. Todo lo que se consigue con sacrificio, sentimiento, dedicación, trabajo va a dar un resultado que va a durar toda la vida, para cada uno y para transmitir luego.

Cuentan con el apoyo incondicional de muy buenos maestras y maestros y de una institución que les abre las puertas de muchas posibilidades durante los años de estudios”.

La lista de personas a quienes va a extrañar es larga, señala Cecilia. “Mejor pondría qué voy a extrañar: además de lo obvio, que es dar clase, también recorrer y charlar con las distintas áreas, me sentí siempre muy bien recibida, con gente bien predispuesta a colaborar con lo que necesitaba, que me quedaba siempre un ratito más para conversar.

Con tanta gente que me crucé en los pasillos, ese saludo cordial sin quizás saber el nombre, el hacer un chiste con las personas de mantenimiento, el cafecito porque tenía un descanso entre clase y clase.

Entrar y escuchar el bullicio de quienes transitan por esos pasillos, la música, risas, corridas porque llegan tarde a una clase, pararme a conversar con alguien…”.

Cecilia reitera su sentir. “(Estoy) agradecida de todo lo que recibí, lo bueno y lo no tan bueno, porque se aprende de cada vivencia, se crece tratando de ser feliz y se puede disfrutar cada ocasión.

Espero que me recuerden como soy, lo que fui dejando en cada alumna/o ,un granito de todo lo que fueron aprendiendo, que sobre todas las cosas soy buena persona y fui dejando lo mejor de mí porque siempre lo hice con el corazón”.